Primeros turistas: Origen del turismo

¿Desde cuándo viajamos por placer? ¿El turismo es un fenómeno contemporáneo o ya se practicaba en épocas anteriores? Los archivos históricos nos dan la respuesta a estas preguntas. Sí: existías los viajes de placer; desplazamientos cuyo único objetivo era el deleite de los sentidos y el conocimiento de nuevas culturas y de remotos lugares. En definitiva: cultivar el cuerpo y el alma, bienes intangibles alejados de los deseos más bajos del ser humano.


LOS PRIMEROS PEREGRINOS A LUGARES SANTOS

No podían ser otras culturas más que las clásicas donde surgió la necesidad de conocer nuevos lugares y de desplazarse a sitios alejados con el fin de disfrutar de nuevas experiencias. Siglos antes que los cristianos peregrinaran a los lugares sagrados de Palestina, los griegos clásicos se desplazaban pos las abruptas tierras helénicas y el Oriente del mar Mediterráneo para visitar los templos que más sentía, además de convertirse en el icono de la arquitectura griega, todo un manual de belleza y proporciones perfectas en el arte de la edificación. Así se convirtieron en receptores de los primeros peregrinos de la Historia los templos Zeus en Olimpia (el santuario más famoso, dedicado a multitud de deidades panhelénicas, a cuya cabeza estaba Zeus), el de Artemisa en Éfeso (actual Turquía, al cual el viajero Antípatro de Sidón le colocó como una de las Siete maravillas del Mundo Antiguo) o el más afamado de todos: el Oráculo de Delfos, ciudad a los pies del monte Parnaso en donde se ubicaba el santuario dedicado al dios Apolo y al que acudían los helenos para preguntar a los dioses sobre cuestiones inquietantes.

A los griegos clásicos también les cabe el honor de ser los precursores del primer turismo de salud (con sus visitas a gimnasios y termas) y del turismo cultural (teatros). Pero, sin duda, los Juegos Olímpicos fueron la actividad de tipo lúdico que más personal movilizó en la Historia del mundo antiguo. Los primeros Juegos se celebraron en el 776 a.C. y se trataba de fiestas atléticas celebradas cada cuatro años en el santuario de Zeus en Olimpia. Su celebración frenaba en seco las guerras entre las polis (ciudades-estado) griegas con la llamada tregua olímpica.


LOS ROMANOS Y LA BÚSQUEDA DEL PLACER MUNDANO

Los herederos en lo que a cultura se refiere, los romanos, imitaron las conductas griegas en lo que a los viajes de placer se refiere. Continuaron cultivando el turismo de salud en su versión termalista, y la asistencia a grandes espectáculos. Realizaron grandes viajes (Grecia y Tierra Santa cuando el Cristianismo fue oficializado en el Imperio, a partir del 313).

Ellos se lo podían permitir. Bajo su autoridad estaba gran parte del mundo conocido por entonces y en los últimos años de la anterior era y los primeros tiempos de la nuestra se gozaba de una cierta paz y seguridad dentro de sus fronteras (la Pax romana). Además, existía una estimablered de calzadas, un buen nivel de renta y unos ciudadanos romanos ociosos que disfrutaban de gran cantidad de tiempo libre.

La crisis del mundo romano se comenzó a gestar en el siglo II. En esos tiempos, los ciudadanos más acaudalados abandonaron la Urbs de Roma para vivir en villas en el campo, donde invitaban a artistas y filósofos afamados para compartir con ellos los placeres de la vida durante largas temporadas. Así, algunas de las obras literarias cumbres de la literatura romana fueron concebidas en estos lugares de recreo, donde sus autores pasaban largas temporadas al abrigo de sus ricos y poderosos mecenas.

Pero la caída del Imperio romano y de su cultura se llevó por delante el turismo en sus diferentes manifestaciones. Durante varios siglos de oscuridad, las guerras, la pobreza y la inseguridad eliminaron este tipo de viajes y estancias en lugares exóticos. La destrucción del entramado de calzadas romanas ayudó a la desaparición de estos intercambios. También había cambiado la mentalidad. Los hombres medievales eran más austeros y pragmáticos… En definitiva: los viajes de placer no entraban en la mentalidad ruda medieval.

Tan solo las peregrinaciones a Tierra Santa y la peregrinación a Santiago de Compostela (a partir del siglo IX) fueron los únicos vestigios que podemos encontrar de algo parecido al turismo en los nueve siglos que separan la caída del Imperio Romano (476) y la construcción de la cúpula de Santa Maria dei Fiore, primera manifestación de los que luego paso a denominarse Renacimiento, por parte de Filippo Brunelleschi (1367).


RENACIMIENTO PARA SUPERAR LA ETAPA DE OSCURIDAD

La Europa de mentalidad oscura y teocentrista de la época medieval fue dejando espacio a un nuevo concepto de vida y de mentalidad, donde el hombre pasaba a ser el centro de la Creación y desplazaba del mismo a Dios. Esa mentalidad antropocéntrica fue el origen y la base del movimiento cultural más revolucionario de la Historia de la Humanidad: el Renacimiento.

Unas mentes más abiertas demandaban conocimientos más exhaustivos de otros lugares y otras gentes. Esta mentalidad alberga la inquietud del veneciano Marco Polo para viajar a la lejana y desconocida China o la del genovés Cristoforo Columbus(Cristóbal Colón) para hacer lo propio hacia la India. Los descubrimientos geográficos impulsaron la actividad viajera.

Nace el concepto de hotel que prestan unos servicios o productos turísticos a cambio de obtener un pago con dinero u otros servicios. Se trata de los Palacios urbanos y edificios para séquitos.

Mejora de los transportes marítimos y terrestres. España, Portugal, Holanda e Italia eran los lugares donde se viajaba. Surge una nueva realidad: el Grand Tour, un viaje entre 3 y 5 años realizado por británicos, y que tenía como objeto los estudios y adquirir experiencia (creación de los precedentes de las guías de viaje, basados en libretas que contenían anotaciones y dibujos sobre lo observado en los viajes realizados).

En definitiva, las actividades turísticas de los griegos clásicos y de los romanos vuelven a tener predicamentos en la población. La única diferencia con aquellos tiempos es que el balnearismo no tiene la misma aceptación que en los tiempos clásicos


EL INCIPIENTE TURISMO Y EL AUGE DEL TURISMO DE SALUD

Todavía no podemos hablar de turismo para definir aquellas manifestaciones viajeras del Renacimiento. Pasado el esplendor cultural y de mentalidad de aquella época nos encontramos con otros tiempos donde no hay marcha atrás, donde ya no se regresa a la mentalidad medieval.

Desde el punto de vista turístico ya no hay grandes viajes, pero el placer por disfrutar de la vida no desaparece. Entre los siglos XVII y XIX resurge el termalismo con fines terapéuticos. Comienzan a desarrollarse actividades junto al mar y la montaña por motivos de salud, y para ello se eligen destinos como el Norte de España, Sur de Francia y Suiza.

EL SIGLO XIX TRAE UN CAMBIO EN LAS COSTUMBRES VIAJERAS

En el siglo XIX surge un cambio en el concepto de viajes debido a la aplicación de la máquina de vapor a los medios de transporte terrestre y marítimo.

El turismo de montaña vive su primer momento de auge. En esta época se construyen hoteles en Suiza, con una relación directa entre prestación de servicios y un pago. El balnearismo vive un nuevo momento de esplendor, sobre todo en Francia y Alemania, y por primera vez surge el Mediterráneo como destino turístico.

En este incipiente turismo aparecen una serie de personajes relevantes que idean los primeros recursos turísticos, que aún hoy continúan en vigor. Entre ellos destacan Thomas Cook (que crea las Agencias de Viaje, organiza los primeros viajes de Todo Incluido desde las Islas Británicas hasta Estados Unidos y Europa, lanza los cupones de hotel y organiza la primera vuelta al mundo como Viaje Todo Incluido); Henry Wells (creador de la compañía American Expres, que originalmente se dedicaba al transporte de mercancías, pero que Wells la convertirá en agencia de viajes y entidad financiera); Cesar Ritz (gerente del Gran Hotel Nacional de Lucerna que mejora y moderniza los servicios de hotel a través del trato personal y que más tarde abriría los mejores hoteles de Europa); George N. Mackers (creador del Orient Express o el lujo de alto recorrido); George Pullman (quien concibe la idea de coche-cama) o Baedecker (editor de guías de viaje).

A todos ellos y a más les debemos la creación de los primeros recursos turísticos y del concepto de disfrutar de la vida porque sí, por puro placer y sin las ataduras de la vida rutinaria.

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